24/4/08

ASUNTOS PENDIENTES...

Como en cuatro líneas no veo la manera de hacer ni un resumen ni un balance de la primera sesión del proyecto celebrada en Can Xalant, y no es el objetivo de este blog echarnos flores (aunque sí aprovecho para agradecer las aportaciones de los participantes y del numeroso público asistente), empezaré directamente rescatando para el debate un par de los aspectos con los que creo que chocamos o que en general se nos escaparon.


Está claro que no resulta fácil esquivar la tendencia a confundir producción con financiación. La nutrida lista de convocatorias que resumió Joan Morey, dedicadas a ayudas y premios para la producción artística, apenas son más que pura financiación (generosa o precaria) de proyectos. Las instituciones que las convocan saben que la palabra producción es más sexy que la simple financiación. Algo similar es lo que planteaba Rubén Martínez al respecto de utilizar la noción de economía cuando lo habitual es que sólo se hable de dinero. Pero nos sigue resultando difícil saltar esa barrera.


También me parece que durante la jornada se evidenció la dificultad de desarrollar posiciones que articulen lo que suele llamarse “economía del conocimiento” con el “sistema del arte”. Nos quejamos cuando nuestro trabajo queda reducido a simple mercancía de galerías o alimento de escaparates turísticos, y nos lamentamos cuando esto no ocurre. Observamos cómo desde el discurso institucional y las estrategias de las industrias creativas se apela al vínculo con un modelo de artista mitificado y conservador (sujeto “creador”, sólo creador de valor añadido), pero apenas hemos desarrollado un discurso propio para negociar este vínculo. Al final solemos acabar tomando posiciones en relación a factores pragmáticos (estar en una galería o no, etc., etc.) que son importantes pero que dicen poco de si un proyecto de trabajo es interesante o no. Lo curioso es que sí que adoptamos el lenguaje que surge de ese cruce de caminos (ahora somos investigadores, innovadores y emprendedores, nuestro trabajo busca la excelencia, y nos formamos de manera continuada). Hace sólo diez años la bandera de “emprendedor empresarial” que enarboló Martí Anson hubiera sido impensable (…abierto el derecho a réplica). La cuestión, insisto, es que creo que apenas somos nosotros los que llevamos las riendas de nuestro propio discurso -y creo también que eso nos lleva a afrontar un debate de Estética que seguimos eludiendo.


Octavi


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, recojo el guante a ver si esto se anima. Antes de nada, decir que no me sentí muy cómodo en el encuentro ya que, como ya hemos comentado algunos (entre ellos el propio octavi), tuvo poco de “sesión de trabajo” y arrastró los problemas de teatralización de los ya típicos formatos. Igual hubiera sido mejor hacer ponencias con un par de horas de preguntas y listos, pero bueno, practicar formatos nuevos siempre nos resulta complicado. Dicho esto, vamos al tema. Cuando en mi intervención inicial en el encuentro me referí a mi oficina como un centro de producción o a la investigación como parte connatural de los procesos de producción, en el fondo quería reivindicar la ausencia en la concepción clásica de “producción” de toda esa parte que, por no tener una dimensión práctica ni metodológica tan clara, parece que nada tenga que ver con nuestra labor. Desde mi punto de vista (y desde mi lugar de trabajo) la producción ha de adquirir la dimensión que le exige el paradigma en el que estamos - llámese sociedad del conocimiento, capitalismo cognitivo o nueva economía, que básicamente depende lo agusto que estemos con cada término- No podemos seguir pensando que todos estamos en una especie de cadena de montaje donde unos dirigen, otros coordinan y otros hacen productos que salen a un mercado y que lo único que hay que cuestionarse es si el trabajador/a puede cobrar un poco más (sin llegar al sueldo del jefe) y si ponemos una puerta que de a la calle con copia de la llave para todos. Esos modelos productivos y ese tipo de negociaciones, para bien o para mal, están cada vez más alejados de nuestro contexto y más si situamos nuestro centro de atención en una ciudad como Barcelona.

Antes de que la cosa tome un tono excesivamente abstracto, pongo un ejemplo que creo puede servir para aclarar algunas cosas. Imaginemos a un videoartista. ¿qué dicen los cánones de la labor de nuestro amigo?...pues que un videoartista hace videos. Un videoartista hace videos y los vende en una galería. Un videoartista hace videos los vende en una galería y necesita dinero para producir más videos que sólo ese mercado le puede ofrecer. Bien, esta sería una manera tradicional de ver un modelo productivo que genera un producto que se inserta en un mercado muy concreto y cuya maquinaria de producción entra en un bucle de oferta y demanda muy limitado. Pero podríamos pensar que ese videoartista lo que genera, sobretodo, es un proceso de investigación cuyo valor y dimensión va mucho más allá del objeto creado que se inserta en el mercado del coleccionismo. Ese proceso de investigación reúne toda una serie de activos (conocimiento, metodologías, colaboraciones con otros ámbitos, etc.) que no se están valorando por sí mismos cuyo potencial dista mucho de ser lo que el video ofrece y cuyo valor ha de ser estudiado con otras escalas (y otros contratos!) que los utilizados en el mercado artístico tradicional . Podría haber muchos otros productos y servicios que estarían directamente asociados a ese proceso de investigación pero que nada tendrían que ver con ese video que, al fin y al cabo es una cristalización de una serie de ideas a través de patrones formales muy predefinidos. Podría haber muchos mercados que nada tienen que ver con el mercado del arte donde podríamos introducir ese conocimiento y donde ese proceso de investigación puede ser muy valioso. Si realmente estamos en un momento donde existen mercados que demandan experiencias (y no productos) o que demandan producción de imagen y cambios en la percepción del cliente (y no nuevos productos), podríamos pensar que el artista puede participar en muchos otros mercados e incluso llegar a cambiar sus modelos operativos o su relación en el entorno social en el que tienen impacto. Todo el capital intangible que puede llegar a captar un artista no se genera a través de una financiación para producción ni tiene que ver simplemente con el dinero que podamos o no recibir en una beca para hacer una expo. Ese capital intangible se genera a través de las redes sociales que el artista es capaz de desarrollar o en las que puede participar (susceptibles de estar pobladas o no por gente del arte), con los conocimientos e información que adquiere del ámbito artístico y de otros ámbitos, con su capacidad relacional, etc. Si seguimos pensando en “producción” como la parte en la que el artista necesita dinero para realizar su pieza, será imposible que percibamos ese contexto más complejo donde lo que precisamente interesa es toda la parte inmaterial. Dicho de otra manera, si lo que realmente genera valor en la economía actual son los procesos de I+D+i, ¿ por qué no pensamos cómo desarrollar fórmulas para dinamizar los procesos de I+D+i generados por los y las artistas que, por otro lado, pueden ser la clave para entender la verdadera dimensión de la producción en arte?. Creo que queda claro que si hablamos de producción en arte y de economía del arte, no solo podemos hablar de mercado de coleccionismo o galerístico y de dinero para hacer obras.

Después de esta chapa con un poso de optimismo neoliberal bastante chungo donde el artista emprendedor puede insertar su “producto” en nuevos mercados…quedaría la visión crítica de este asunto. Si las formas de trabajo, conocimiento y creatividad del artista resultan ser una fórmula para nutrir el capitalismo tardío y para confirmar sus reglamentos, ¿dónde queda la carga crítica y reflexiva del artista sobre el status quo?. Pero mejor, eso se lo dejo a otro…a ver si entre todas hacemos un blog divertido…

Anónimo dijo...

Crec que el que ens passa és força simple: Ens vam trobar a Can Xalant per parlar de "producció" gent que hem pensat/escrit/publicat coses relacionades però no ens hem llegit (gaire) els uns als altres. Del debat presencial -que podria haver servit per a discutir les coses pensades/escrites/publicades- en fem una "jam session". El blog, que podria servir per mantenir l'intercanvi i acollir nova gent interessada, se'ns presenta ara com la (última?) oportunitat per entrar en discussió sobre els materials aportats per cadascú/una i recollits per l'Octavi. Qui s'hi posa?